1. ¿Dónde nace la salud? Mucho antes de la concepción

Si estás aquí, probablemente estés pensando en embarazo, ya estés esperando un bebé o simplemente tengas curiosidad sobre cómo la salud de los padres influye en la de sus hijos. Lo que quiero contarte es algo que muy pocas veces se dice en las consultas, pero que es fundamental:

 

No te cuento esto para que te sientas culpable por lo que ya no puedes cambiar, sino para que tomes conciencia de las cartas con las que juegas hoy. La partida puede ser más o menos difícil, pero siempre hay partida. Y cuanto mejor conozcas las reglas, más oportunidades tendrás de hacer movimientos que marquen la diferencia. Lo que puedas cambiar, cámbialo. Lo que no, acéptalo y sigue caminando con la tranquilidad de estar haciendo lo mejor posible.

LA SALUD EMPIEZA ANTES

No en el embarazo, sino mucho antes… en tu historia, en tus hábitos, en tu bienestar físico y emocional. Porque la salud de tu bebé empieza en ti, mucho antes de que lo tengas en brazos

MÁS QUE GENÉTICA

Tus hábitos, emociones y microbiota también se heredan.

 

TU HISTORIA DEJA HUELLA

Lo que has vivido influye en la salud de tu bebé.

EL MEJOR REGALO

Tu salud es el mayor legado que puedes darle, porque no solo heredas genes, sino también hábitos, microbiota y emociones. Lo que haces hoy impacta en su bienestar mañana.

Tu salud y la de tu pareja ya están influyendo en la salud de tu bebé, mucho antes de que llegue el momento de concebirlo.

Sí, así como lo lees. No se trata solo de si comes bien durante el embarazo o de si tomas suplementos prenatales. La salud de un bebé no empieza en el momento de la concepción ni en la barriga de mamá. Empieza antes de que siquiera pienses en tener hijos, en la historia de vida de mamá y papá.

Y cuando digo historia de vida, hablo de los hábitos que han construido nuestra salud desde nuestra infancia, la alimentación que hemos llevado, los tóxicos a los que hemos estado expuestos, el estrés que hemos vivido… Todo deja huella. Y cada vez sabemos más sobre cómo estas huellas se transmiten a la siguiente generación.

Voy a contarte cómo funciona todo esto, por qué es tan importante y qué puedes hacer desde hoy para mejorar la salud de tu bebé.

No solo genética: la epigenética y su impacto en la salud de tu bebé

Si hablamos de salud heredada, lo primero que se nos viene a la cabeza es la genética. Nos han dicho toda la vida que lo que heredamos de nuestros padres es un código fijo de ADN, como una especie de “destino biológico” que determina si seremos altos o bajos, si tendremos ojos marrones o azules, e incluso si estaremos más predispuestos a ciertas enfermedades.

Pero en los últimos años, la ciencia ha demostrado que la genética no es todo. Aquí entra en juego la epigenética.

🧬 ¿Qué es la epigenética? Es el mecanismo por el cual los factores ambientales y los hábitos de vida pueden activar o desactivar ciertos genes, modificando la forma en que nuestro ADN se expresa.

Para que nos entendamos: imagina que tu ADN es como un libro de recetas. En ese libro están escritas todas las instrucciones para el funcionamiento de tu cuerpo. Pero la epigenética es el chef que decide qué recetas se cocinan y cuáles no. Es decir, puedes tener un “gen” para una predisposición a la obesidad, pero si llevas un estilo de vida saludable, esa “receta” puede no activarse.

¿Y qué tiene que ver esto con tu bebé?

Pues que la epigenética se transmite de generación en generación. Lo que has vivido, comido, respirado, sentido y experimentado a lo largo de tu vida puede influir en la expresión genética de tus hijos. Incluso antes de que nazcan.

Por ejemplo:

🔹 Si tus padres vivieron estrés crónico, eso pudo haber dejado una huella epigenética en ti que afecta cómo tu cuerpo maneja el estrés hoy. Y esa huella puede transmitirse a tu bebé.

🔹 Si tu alimentación ha sido rica en ultraprocesados y pobre en nutrientes esenciales, eso puede haber afectado tu metabolismo y la forma en que tu cuerpo procesa los alimentos. Y esa huella también puede influir en tu hijo.

🔹 Si has estado expuesto a tóxicos ambientales (como pesticidas, plásticos con disruptores hormonales o contaminación), estos pueden haber dejado modificaciones en tu epigenoma que se heredan y pueden afectar la salud del bebé.

Por eso es tan importante prepararnos antes del embarazo. Porque estamos pasando más que genes: estamos pasando hábitos, huellas biológicas y respuestas del cuerpo a diferentes estímulos.

Y aquí es donde la microbiota entra en escena…

La microbiota de mamá y papá: el primer legado para tu hijo

Sabemos que la microbiota intestinal juega un papel fundamental en la salud: regula nuestro sistema inmune, influye en la digestión, en el estado de ánimo e incluso en el metabolismo.

Lo que quizás no sabías es que la microbiota de mamá y papá es uno de los primeros legados que recibe el bebé.

Cuando un bebé nace (especialmente si lo hace por parto vaginal), recibe su primera “dosis” de bacterias beneficiosas de mamá... de hecho te diré más, ya se empieza a tener claro que incluso intraútero el bebé ya está en contacto por primera vez con cierta microbiota.. ya no se considera un lugar tan estéril como pensábamos antes.. fundamentos en los que se basaban ciertos pensamientos como que todo dependía del nacimiento del bebé.. ¡pues ya sabemos que no! Y la calidad de esa microbiota depende de la salud digestiva que hayas tenido durante toda tu vida, entre otras muchas cosas que iré desgranando.

🔹 Si tienes una microbiota fuerte, rica y equilibrada, le estarás transmitiendo a tu bebé un sistema inmune más resistente.

🔹 Si has tenido problemas digestivos, disbiosis o un intestino inflamado por años de mala alimentación o antibióticos, eso puede traducirse en un sistema inmune más vulnerable para tu bebé.

🔹 Y ojo, ¡también influye la microbiota de papá! Se ha visto que la salud metabólica y digestiva del padre influye en la calidad del esperma y en la información genética-epigenética que transmite a su hijo.. SI QUIERES SABER MÁS, AQUÍ TE EXPLICO CON MÁS DETALLE

Cuidar nuestra microbiota es cuidar la salud de nuestros hijos.

 

 

¿Cómo puedes hacerlo?

✅ Evitando el consumo excesivo de antibióticos cuando no son necesarios.

Solo úsalos cuando sean realmente necesarios y bajo indicación médica. Cuida tu microbiota para no desequilibrarla.

✅ Alimentándote con comida real, rica en fibra, fermentados y prebióticos.
 

Prioriza frutas, verduras, legumbres, fermentados y fibra. Evita ultraprocesados y azúcares en exceso.

✅ Evitando el estrés crónico, que altera la microbiota.

Encuentra herramientas que te ayuden: respiración, meditación, pausas activas o actividades que disfrutes... A veces incluso replantearse las prioridades y el estilo de vida personal y laboral

✅ Cuidando tu descanso, ya que el sueño también influye en el equilibrio bacteriano. 

Prioriza el sueño reparador. Intenta dormir lo suficiente, reduce pantallas antes de dormir y mantén horarios regulares.

✅ Moviendo tu cuerpo de forma regular,

No necesitas rutinas extremas, pero sí moverte cada día: camina, estira, sube escaleras, baila… lo que disfrutes.

✅ Reduciendo la exposición a tóxicos ambientales

Usa envases de vidrio en lugar de plástico, elige productos de limpieza y cosmética sin disruptores hormonales, y prioriza alimentos sin pesticidas cuando sea posible.

 

Infancia, hábitos y salud en la adultez: todo deja huella en la siguiente generación

A veces nos obsesionamos con lo que hacemos durante el embarazo… pero lo que hicimos antes también importa.

Si creciste en un entorno con una alimentación desbalanceada, si viviste estrés en la infancia, si fuiste un niño que tomó antibióticos en exceso, si pasaste por muchas inflamaciones o enfermedades crónicas… todo esto deja huella en tu organismo.

Y ahora sabemos que esa huella se transmite a la siguiente generación.

Es una idea potente, ¿verdad?

Pero lejos de verlo como algo negativo o determinante, quiero que lo veas como una oportunidad. Porque hoy puedes empezar a hacer cambios que beneficien a tu futuro bebé.

¡RECUERDA QUE SOLO SON CARTAS MÁS O MENOS FAVORABLES... PERO AHORA YA TIENES INFORMACIÓN Y TIENES YA TAMBIEN CONSCIENCIA SOBRE LO QUE PUEDES CAMBIAR PARA MODIFICAR LA DIRECCIÓN DE LA HISTORIA!

La fertilidad y el estado de salud antes del embarazo: preparando el cuerpo para una nueva vida

Muchas veces, la preparación para el embarazo se centra en la madre. Pero el estado de salud del padre también es clave.

🔹 La calidad del esperma está directamente influenciada por la alimentación, el estrés, el ejercicio y la exposición a tóxicos.
🔹 La salud metabólica del padre puede influir en el peso y metabolismo del bebé.
🔹 La edad del padre también impacta en la calidad del ADN espermático y su epigenética.

Prepararse para el embarazo no es solo cosa de mamá.

Si estás pensando en tener un hijo (o incluso si todavía no lo tienes claro), empieza a cuidar tu salud hoy. No solo por ti, sino por el bebé que algún día puede llegar.

Y si ya tienes un peque en camino, nunca es tarde para mejorar. Porque la salud de nuestros hijos no depende de un solo momento, sino de la suma de nuestras decisiones a lo largo del tiempo.

2. Hablemos del aparentemente olvidado en la preconcepción: EL PAPÁ
 

Si estás aquí, probablemente estés pensando en embarazo, ya estés esperando un bebé o simplemente tengas curiosidad sobre cómo la salud de los padres influye en la de sus hijos. Lo que quiero contarte es algo que muy pocas veces se dice en las consultas, pero que es fundamental:

 

 

Cuando hablamos de la salud del futuro bebé, solemos centrarnos en la madre. Pero la salud del padre también tiene un impacto profundo en el bienestar de su hijo. No se trata solo de la carga genética que transmite, sino de factores como su microbiota intestinal, su metabolismo, su calidad espermática y su salud en general, que pueden influir de forma significativa en la salud del bebé desde antes de la concepción.

Si eres futuro papá (o planeas serlo), aquí te cuento por qué cuidarte es también cuidar a tu bebé.

PAPÁ TAMBIÉN DEJA HUELLA

No solo la madre influye en la salud del bebé. La microbiota, la salud metabólica y los hábitos de papá también impactan en su desarrollo desde antes del nacimiento

NO SÓLO ES GENÉTICA

Lo que heredas no son solo genes, sino también epigenética, microbiota y hábitos de vida que pueden marcar la diferencia en la salud de tu hijo.

 

LA SALUD EMPIEZA ANTES

No en el embarazo, sino mucho antes. La alimentación, el estrés y el entorno de los padres influyen en la salud del bebé incluso antes de concebirlo.

 

TU BIENESTAR, SU FUTURO

Cuidarte antes y durante la paternidad es una inversión en la salud de tu bebé. Un estilo de vida saludable es el mejor legado que puedes dejarle.

 

La microbiota de papá: más relevante de lo que imaginábamos

Tradicionalmente, siempre se ha puesto el foco en la madre como la principal fuente de microbiota para el bebé, especialmente en el momento del nacimiento. Durante el parto vaginal, el bebé atraviesa el canal de parto y entra en contacto con una enorme cantidad de bacterias maternas, que colonizan su intestino y contribuyen a su sistema inmune y digestivo.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la microbiota del padre también juega un papel clave en la composición del ecosistema bacteriano del bebé. Y su influencia se hace cada vez más evidente a medida que el niño crece

¿Por qué es importante transmitir una buena microbiota?

Tener una microbiota equilibrada y diversa es fundamental para la salud en todas las etapas de la vida, pero es especialmente importante en los primeros años, cuando el sistema inmune y digestivo del bebé aún se están desarrollando.

Una microbiota saludable aporta beneficios clave como:

✔️ Un sistema inmunológico más fuerte: La microbiota ayuda a entrenar el sistema inmunológico del bebé, enseñándole a diferenciar entre agentes dañinos y microorganismos beneficiosos. Un microbioma equilibrado reduce el riesgo de alergias, enfermedades autoinmunes e infecciones recurrentes.

✔️ Mejor digestión y absorción de nutrientes: Un intestino con una microbiota sana favorece una correcta absorción de los nutrientes esenciales, ayudando al crecimiento, desarrollo y bienestar general del bebé.

✔️ Protección frente a enfermedades metabólicas: Existen estudios que relacionan una microbiota pobre y poco diversa con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades inflamatorias en la vida adulta.

✔️ Menos riesgo de inflamación crónica: Un desequilibrio en la microbiota (disbiosis) puede generar inflamación de bajo grado en el organismo, lo que está relacionado con diversas enfermedades a largo plazo.

✔️ Salud mental y bienestar emocional: El eje intestino-cerebro nos muestra que la microbiota intestinal tiene una conexión directa con el estado de ánimo y la regulación de neurotransmisores como la serotonina. Una microbiota saludable puede influir en la reducción del estrés y la ansiedad desde etapas tempranas.

Dado que el padre también contribuye a la colonización microbiana del bebé, asegurarse de que su microbiota sea rica y diversa es una forma de influir positivamente en la salud de su hijo desde el nacimiento y a lo largo de su vida.

💡 Si papá tiene una microbiota fuerte y equilibrada, la transmisión de microorganismos beneficiosos al bebé será mayor, ayudándole a construir un ecosistema intestinal que lo proteja y lo fortalezca desde los primeros días de vida.

Por eso, optimizar la microbiota paterna antes de la concepción y durante la crianza es una herramienta poderosa de prevención y bienestar a largo plazo.

Papá también transmite microbiota: ¿cómo ocurre?

La transmisión de microbiota del padre al bebé no es tan inmediata como la de la madre en el parto, pero se da de diferentes maneras, influyendo de forma progresiva en su desarrollo:

📌 Contacto piel con piel y cercanía física

Desde los primeros días de vida, el bebé está en contacto constante con su padre: lo sostiene, lo besa, le habla de cerca. Este contacto permite la transferencia de microorganismos de la piel, la saliva y las manos del padre al bebé.

📌 Ambiente compartido y microbiota familiar

Las bacterias presentes en el hogar, los objetos que el bebé toca y el aire que respira están influenciados por la microbiota de quienes conviven con él. Poco a poco, el bebé va adaptando su propio ecosistema microbiano en función de estos factores.

📌 Interacción en la alimentación

Cuando el bebé comienza la alimentación complementaria, los padres participan en el proceso: preparan la comida, le dan de comer e incluso prueban los alimentos antes de ofrecérselos. Este intercambio es otra vía a través de la cual los microorganismos paternos pueden colonizar la microbiota del bebé.

📌 Bacterias en el hogar y en superficies comunes

Estudios han encontrado que las superficies del hogar, como mesas, juguetes y utensilios de cocina, contienen un “perfil bacteriano familiar”. En otras palabras, la microbiota de los miembros de la familia se comparte a través del entorno (Biocodex Microbiota Institute).

📌 Crianza activa del padre y su impacto en la microbiota del bebé

Los bebés de padres altamente involucrados en su cuidado han demostrado tener microbiotas más diversas y equilibradas. Esto puede traducirse en un sistema inmunológico más fuerte, gracias a la exposición a diferentes microbiomas.

El papel de la microbiota paterna en bebés nacidos por cesárea

Cuando un bebé nace por cesárea, su primer contacto microbiano es diferente al de un bebé nacido por vía vaginal. En lugar de recibir bacterias maternas del canal de parto, su exposición inicial es a las bacterias del ambiente hospitalario y de la piel materna.

🔹 Aquí es donde la microbiota paterna cobra aún más importancia.

✔️ Un padre con una microbiota intestinal saludable puede aportar bacterias beneficiosas al entorno del bebé.
✔️ El contacto piel con piel del padre con el recién nacido puede favorecer la colonización con microorganismos saludables.
✔️ Un padre con una microbiota intestinal diversa puede influir en el ecosistema bacteriano del hogar, enriqueciendo la microbiota del bebé.

En los últimos años, algunos estudios han comenzado a analizar la posibilidad de intervenciones probióticas en padres para mejorar la transmisión microbiana a sus hijos. Aunque este campo aún está en investigación, lo que está claro es que la salud digestiva de papá es un factor clave.

Salud metabólica y calidad del esperma: la conexión epigenética

La salud metabólica y digestiva del padre no solo afecta su bienestar, sino que también influye en la calidad de su esperma. Factores como la dieta, el ejercicio físico y el equilibrio de la microbiota intestinal pueden modificar la integridad del material genético y la expresión de los genes en el esperma (Biotech Spain).

Estas modificaciones epigenéticas pueden ser transmitidas a la descendencia, afectando su desarrollo y su predisposición a enfermedades.

¿Podrían algunos rasgos de salud heredarse epigenéticamente?

La epigenética no solo puede traer efectos negativos, sino que también podría conferir beneficios adaptativos. Se ha descubierto que los factores ambientales del padre pueden programar la expresión de genes en sus hijos para mejorar su adaptación a ciertos entornos (Cordis Europa).

Esto quiere decir que los hábitos saludables de los padres pueden dejar huella en la salud de sus hijos incluso antes de la concepción.

Cuidar la microbiota de papá es cuidar la microbiota del bebé

Y si la microbiota del padre influye en la del bebé, ¿qué podemos hacer para optimizar que esa microbiota que se transmite sea más óptima?

      🔹 Dieta rica en fibra y prebióticos → Consumir frutas, verduras, legumbres y alimentos fermentados favorece una microbiota intestinal equilibrada.
      🔹 Evitar el uso innecesario de antibióticos → Su abuso puede alterar el equilibrio de la microbiota, reduciendo la diversidad bacteriana.
      🔹 Reducción del estrés → El estrés crónico altera la microbiota intestinal, afectando su composición y función. 
      🔹 Ejercicio físico → Se ha demostrado que la actividad física regular favorece la diversidad de la microbiota intestinal.

🔹 Asegurarse en general de tener el mejor estado de salud posible, vigilando incluso con aquellos síntomas que a veces damos como normales.. pero que no lo son tanto... a una edad prudencial, la excusa de "la edad", no sirve. No es normal dolores de barriga frecuentes, no es normal alteraciones en el hábito deposicional, no es normal dolores de cabeza frecuentes, no es normal esos brotes en la piel, no es normal esa alergia que te incomoda frecuentemente, no es normal la ansiedad ni irritabilidad... ¡NO! ¡No es normal!

Conclusión

La idea de que solo la madre influye en la microbiota y salud del bebé está quedando atrás. Papá también juega un papel clave, no solo en la transmisión de su carga genética, sino en el desarrollo del sistema inmune, digestivo y metabólico del bebé a través de su microbiota y sus hábitos de vida.

💡 Cuidar tu salud antes de la concepción no es solo por ti… es el primer regalo que le harás a tu hijo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1️⃣ Biocodex Microbiota Institute. 📌 Los recién nacidos también heredan la microbiota de su padre
🔗 https://www.biocodexmicrobiotainstitute.com/es/pro/los-recien-nacidos-tambien-heredan-la-microbiota-de-su-padre

2️⃣ Biotech Spain. 📌 Nuevas evidencias de transmisión epigenética paterna y materna a la descendencia
🔗 https://biotech-spain.com/es/articles/nuevas-evidencias-de-transmisi-n-epigen-tica-paterna-y-materna-a-la-descendencia

3️⃣ Cordis Europa (Investigación de la Unión Europea). 📌 ¿Podrían algunos rasgos de salud heredarse epigenéticamente?
🔗 https://cordis.europa.eu/article/id/457167-could-some-health-traits-be-inherited-epigenetically/es

4️⃣ Wikipedia. 📌 Epigenoma: Regulación de la expresión genética sin cambios en la secuencia del ADN
🔗 https://es.wikipedia.org/wiki/Epigenoma

3. Carta de tu hijo antes de nacer: lo que me gustaría que supieras y nadie te ha contado

Hola mamá y papá,

Sé que todavía no nos hemos visto cara a cara, pero ya estoy aquí, formándome poco a poco, creciendo dentro de vosotros, incluso antes de que yo sea algo más que un sueño. Quería escribiros esta carta para contaros algo que quizá nunca habéis pensado: mi salud ya se está construyendo ahora mismo, en vuestra vida diaria.

No os escribo esto para preocuparos ni para que os sintáis culpables por cosas que ya no podéis cambiar. Al contrario, es para que tengáis la oportunidad de abrir los ojos y descubrir todo lo que sí podéis hacer hoy. Porque sí, aún antes de nacer, ya me estáis dando regalos invisibles que afectarán mi salud y bienestar toda la vida.

Más allá de los genes: vuestro legado silencioso

Sabéis, mucha gente cree que lo único que heredamos los hijos son los genes de nuestros padres. Pero la realidad es más fascinante: también heredamos algo llamado epigenética. Lo sé, la palabra suena rara, pero solo significa que las experiencias, las emociones y los hábitos que tenéis hoy dejan marcas en vuestro ADN y, por lo tanto, también en el mío.

Cada vez que coméis comida saludable, cada momento en que lográis reducir el estrés, cada vez que disfrutáis y cuidáis vuestro bienestar emocional, estáis encendiendo o apagando ciertos genes que me ayudarán a crecer fuerte y sano. 

Y sí, esto también sucede en sentido contrario: cuando el estrés, la mala alimentación o los hábitos poco saludables entran en escena, también afectan esas marcas epigenéticas que puedo heredar.

Hay algo más que heredamos desde el primer día: vuestra microbiota, esas pequeñas bacterias buenas que viven dentro de vosotros y que me acompañarán toda la vida. No solo mamá me regala bacterias buenas al nacer; tú también, papá, me transfieres microorganismos cuando me abrazas, me besas o simplemente cuando compartimos el mismo espacio.

Por eso es importante que cuidéis vuestra microbiota desde ahora mismo. Comed alimentos reales, ricos en fibra y fermentados, evitad el uso innecesario de antibióticos, manejad el estrés lo mejor posible, y moveos cada día. Todo esto ayudará a que las bacterias buenas lleguen a mí y protejan mi sistema inmune, mi digestión e incluso mis emociones desde los primeros momentos de vida.

¿Sabíais que el ambiente en casa también me afecta? 

No es solo importante lo que coméis o las bacterias que lleváis dentro, también importa cómo gestionáis las emociones, cómo enfrentáis el estrés cotidiano y cómo evitáis productos tóxicos en el hogar. 

Cada pequeña decisión que tomáis ayuda a crear un entorno más seguro, feliz y saludable para mi llegada.

Queridos papás, gracias por cada pequeño cambio que hagáis desde ahora. Recordad que no se trata de ser perfectos, sino de ser conscientes y amorosos. Cada mejora que hagáis en vuestra salud y bienestar se convierte en mi salud y mi futuro.

 

Espero con ilusión nuestro primer encuentro, pero mientras llega ese día, recordad que cuidaros a vosotros mismos es la mejor manera de cuidar de mí.

 

Con mucho cariño,

Vuestro futuro bebé.

 

4. La salud física de los padres: lo que importa antes y después del nacimiento

Alimentación, descanso, hormonas y otros factores que afectan al bienestar del bebé

¿Y esto de dónde ha salido? ¿Por qué mi hijo/a tiene esto? ¿ Por qué le pasa esto?
Es una pregunta que muchas familias se hacen cuando aparece un síntoma, una dificultad o una condición inesperada en el bebé. Y aunque a veces buscamos respuestas rápidas, la verdad es que la salud de un bebé no empieza el día que nace… sino mucho antes. Empieza en la salud física y emocional de quienes le dan la vida.  A veces si que hablamos de la "suerte" o "falta de ella"... de "la genética"... pero cada vez sabemos más como para no dejarlo todo tanto al azar....

Un enfoque más amplio: salud desde el origen

Desde una mirada integrativa, sabemos que el cuerpo del bebé no se “fabrica” desde cero en el embarazo. Se construye a partir de las células, tejidos y memorias biológicas de mamá y papá. Por eso, la nutrición, el descanso, el estrés, las hormonas, los tóxicos, el ejercicio y la salud emocional de los padres son variables activas en la formación del nuevo ser.

🍽️ Alimentación y programación metabólica

La nutrición materna antes y durante el embarazo influye directamente en la calidad del entorno intrauterino. Un cuerpo con déficit nutricionales o inflamación crónica no ofrece las mismas condiciones para el desarrollo del feto que uno que está equilibrado y bien nutrido.
Del mismo modo, la alimentación del padre puede afectar la calidad del esperma, la epigenética del embrión y su futura expresión genética.

El concepto de “programación metabólica” (muy presente en los documentos de salud pública) refiere a cómo ciertos estímulos en etapas tempranas –como una alimentación deficiente o una exposición a tóxicos– pueden dejar huellas en el sistema inmune, la microbiota, el metabolismo o incluso la respuesta emocional del bebé, y afectar su salud futura.

😴 Sueño, descanso y sistema hormonal

Cuando la madre llega al embarazo arrastrando insomnio, ansiedad, desequilibrios hormonales o fatiga crónica, su cuerpo funcionará en “modo alerta”, lo que impacta directamente en el entorno hormonal del bebé. Y no hablamos solo de estrés: también influye la calidad del sueño, la exposición a luz artificial, el ritmo circadiano y la cantidad de descanso real.

El padre también cuenta. El estrés crónico, el tabaquismo o una alimentación ultra-procesada pueden alterar su microbiota y el estado de su esperma, lo cual influye en el punto de partida biológico del embrión.

💪 Movimiento y vitalidad

Mover el cuerpo es mucho más que quemar calorías: activa el sistema linfático, mejora la circulación, regula el sistema nervioso y oxigena cada célula. La actividad física regular (adaptada al estado de cada uno) antes y durante el embarazo se asocia a menor riesgo de parto prematuro, mejor tolerancia al estrés, menor probabilidad de diabetes gestacional y un mejor tono vital en el bebé.

🦠 Microbiota y sistema inmune: padres que heredan más que genes

Hoy sabemos que la microbiota materna (y también la paterna, en menor medida) juega un papel clave en la salud del recién nacido. La colonización bacteriana inicial del bebé dependerá del tipo de parto, pero también del estado intestinal y vaginal de la madre. Un entorno inflamado, con disbiosis o con infecciones no tratadas, puede alterar la construcción inicial del sistema inmune del bebé.

🌿 Una llamada a la conciencia, no a la culpa

No se trata de mirar hacia atrás con reproche. Se trata de entender que nuestro cuerpo, nuestras elecciones y nuestros hábitos son parte del material con el que se forma un bebé. Tomar conciencia de ello no significa culpabilizarse, sino abrir una puerta a la aceptación amorosa y a la posibilidad de hacer ajustes a tiempo.

Cuando nos preguntamos “¿de dónde ha salido esto?”, tal vez podamos responder con ternura: “de nosotros”. Y desde ese lugar, mirar con más compasión nuestra historia, nuestras limitaciones, y también nuestras posibilidades.

 

HASTA AQUÍ ME HE CENTRADO EN EXLICARTE COSAS DE PAPÁ Y MAMÁ.. PERO CADA VEZ ESTAMOS SABIENDO MÁS COSAS SOBRE POR EJEMPLO LA INFORMACIÓN BIOLÓGICA QUE NOS LLEGA DESDE LO QUE HA SUCEDIDO HASTA 5 GENERACIONES ANTERIORES A LA NUESTRA... por lo tanto... toda la linea familiar, con conocimiento o probablemente sin él, tiene algo que ver en lo que sucede en EL HOY, en VUESTRO EMBARAZO, y CON VUESTRO HIJO/A

 

 

Entonces… ¿qué podemos hacer?. SUENA COMO SI NO PUDIÉRAMOS HACER NADA... porque no vamos a cambiar lo que hicieron nuestras generaciones anteriores, que además nos trajeron a nosotros hasta aquí... ¡PERO NO!. Sí podemos hacer. Conocerlo y saberlo nos da información para entender y por lo tanto poder para actuar ¿en qué?: EN AQUELLO QUE SÍ ESTÁ EN NUESTRAS MANOS 

 

Cuidar la alimentación antes de concebir, durante el embarazo y en el posparto.

 

Valorar el descanso, el ejercicio suave y el equilibrio emocional como prioridades.

 

Consultar con profesionales que trabajen desde un enfoque integral y respetuoso con el cuerpo.

 

Conocer y mejorar nuestra salud digestiva y hormonal (¡también los papás!).

 

EVITAR EL USO INADECUADO E INNECESARIO DE MEDICAMENTOS

Y sobre todo: saber que siempre hay algo que se puede mejorar. Siempre.

👶 Porque cuanto más conscientes somos de lo que llevamos dentro, más capacidad tenemos de ofrecer lo mejor a quienes recién llegan al mundo.

 

 

5. Salud emocional de los padres: cómo su equilibrio se traduce en el bienestar del bebé

📌 Estrés, ansiedad y vínculos: por qué el bienestar emocional de mamá y papá es clave
👉 Cómo las emociones de los padres influyen en el bebé desde el embarazo, la lactancia y la crianza temprana

 

A veces creemos que lo más importante en el embarazo es “hacer bien las ecografías” o “comer sano”, y sí, claro que eso importa. Pero hay algo que a veces dejamos de lado: cómo estamos por dentro.
Cómo están nuestras emociones. Cómo dormimos. Cómo nos sentimos con todo lo que estamos viviendo.
Y quiero decirte algo con mucho amor: eso también le llega al bebé.

¿Cómo funciona esto?

Cuando sentimos estrés, ansiedad, tristeza o incluso cuando estamos muy en modo “control”, nuestro cuerpo lo interpreta como si estuviéramos en peligro. Y frente al peligro, entra en acción el sistema nervioso simpático —el que activa el cuerpo para huir o pelear—.

Se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol, que son útiles si estamos escapando de un león, pero que no necesitamos en el embarazo... ni sostenidas en el tiempo.

Ese cortisol, si se mantiene alto de forma constante, puede atravesar la placenta. Y aunque el cuerpo hace lo posible por proteger al bebé, una exposición prolongada a este tipo de hormonas puede influir en su sistema nervioso, en su capacidad para autorregularse después del nacimiento, en su microbiota intestinal, e incluso en su sistema inmune.

No es algo para asustarse. Es para tomar conciencia y empezar a cuidarnos en serio. No solo por el bebé, sino por nosotros también.

¿Y la microbiota qué tiene que ver?

La microbiota —que es esa red maravillosa de bacterias “buenas” que viven en nuestro intestino— se ve alterada cuando vivimos mucho estrés o ansiedad. Y esa microbiota es una parte muy importante del legado que le dejamos a nuestro bebé: influye en su digestión, en su inmunidad, en su capacidad para adaptarse al entorno.

Y si mi microbiota está desequilibrada, si estoy inflamado/a, si no duermo bien, si como mal, eso también se traduce en cómo recibe el mundo ese bebé cuando nace.

Entonces… ¿tengo que estar feliz todo el embarazo?

No. No se trata de estar feliz todo el tiempo. Se trata de estar conectados, presentes, y de reconocer cómo nos sentimos sin juzgarnos.


Hay días más livianos y días más difíciles. Lo importante es no quedarnos solos.


Buscar red, pedir ayuda, permitirnos descansar, llorar, escribir, hablar con una doula, con una terapeuta, con una amiga que no juzga.

Porque cuidarte TÚ también es cuidar al bebé.

¿Y el papá? ¿La pareja? ¿Importa cómo se siente?

Importa muchísimo. A veces el foco está puesto solo en la madre, pero el estado emocional del otro adulto también influye. Apoya o no apoya. Sostiene o desestabiliza. Está presente o se desconecta. Todo eso se siente.


Y si ese papá o pareja también está pasando por estrés, duelo, presión o miedo, merece el mismo cuidado emocional.

En resumen

Lo que sentimos los adultos no se queda solo en nosotros.

Nuestras emociones afectan nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo afecta al bebé.

Cuidar nuestra salud emocional es un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia nuestro hijo o hija.

No para obsesionarnos. No para sentir culpa. Sino para ver que hay cosas que sí podemos hacer. Que podemos mejorar. Que podemos reparar.

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aatsinki, A.-K. et al. (2020). Maternal prenatal psychological distress and hair cortisol levels associate with infant fecal microbiota composition. Psychoneuroendocrinology, 119.

Monk, C. et al. (2016). Maternal Prenatal Distress and Psychobiological Development of the Fetus. Psychoneuroendocrinology.

Rakers, F. et al. (2017). Transfer of maternal stress to the fetus. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 117.

6. SIN TÓXICOS DESDE LA CUNA: el impacto invisible del ambiente en la salud del bebé

Ya hemos hablado bastante sobre emociones, estrés y cómo influyen en el desarrollo de nuestros hijos. Hoy quiero abrir otra puerta: la del ambiente que creamos en casa, ese lugar que pensamos como seguro… pero que a veces no lo es tanto.

¿Y si te dijera que un simple ambientador o una sartén antiadherente pueden influir en el desarrollo hormonal de tu bebé?
Sí, suena fuerte, pero es real. No para asustarnos, sino para informarnos.

 

🧪 ¿Qué son los disruptores endocrinos?

Son sustancias químicas —presentes en muchísimos productos de uso diario— que pueden interferir con el sistema hormonal de nuestro cuerpo. Y lo hacen de forma silenciosa: no producen una “intoxicación aguda” como los venenos, pero sí van dejando huella con el tiempo.

Tal como explica el Dr. Nicolás Olea, catedrático en medicina y referente mundial en este tema, un disruptor endocrino es cualquier sustancia externa al cuerpo que altera nuestro sistema hormonal y puede afectar también a la descendencia​Video 1 - Disrupcion en….

Y eso, en un bebé en desarrollo, tiene mucho más impacto que en un adulto.

 

👶 ¿Por qué es importante en la infancia?

Porque los bebés y niños pequeños tienen un sistema hormonal en plena construcción, y también un sistema inmune, digestivo y nervioso inmaduros. Lo que les rodea (lo que respiran, tocan o se llevan a la boca) puede influir en cómo se programan esos sistemas para toda la vida.

Hoy sabemos que la exposición temprana a estos tóxicos se relaciona con:

  • Alteraciones hormonales (pubertad precoz, problemas tiroideos)
  • Alergias, asma y alteraciones del sistema inmune
  • Problemas de fertilidad futura
  • Mayor riesgo de sobrepeso, diabetes y ciertos tipos de cáncer hormonodependiente (como mama o testículo) en la vida adulta

🧴 ¿Dónde están estos tóxicos?

Aquí algunos ejemplos cotidianos:

Plásticos (sobre todo si contienen BPA o son calentados)

Ambientadores, velas perfumadas, sprays desinfectantes

Pesticidas en frutas y verduras convencionales

Cosméticos y productos de higiene con parabenos, ftalatos o perfumes sintéticos

 

Sartenes antiadherentes (PFOA, teflón)

Textiles tratados con retardantes de llama

Lo preocupante es que no se ven, no huelen, no alertan. Están ahí, invisibles.

🛡️ ¿Y qué podemos hacer?

Esto no va de vivir con miedo ni obsesionarnos. Va de hacer pequeños cambios, posibles y sostenibles, que suman salud para toda la familia.

 

💡 Aquí van algunas ideas:

  • Optar por productos de limpieza más naturales, como vinagre, bicarbonato o marcas ecológicas certificadas
  • Ventilar bien los espacios, evitar ambientadores y velas con fragancias artificiales
  • Comprar alimentos lo más naturales y ecológicos posible, sobre todo en frutas, verduras y lácteos
  • Evitar calentar alimentos en plásticos, aunque diga “apto microondas”
  • Elegir biberones, vajilla y juguetes sin BPA ni PVC
  • Leer etiquetas de champús, cremas y colonias: menos es más
  • Dormir sobre tejidos naturales, evitar colchones con tratamiento antimanchas o antibacterianos

¡Y no agobiarse! Cambiar poco a poco ya es un montón. 

 

NO BUSCAMOS LA PERFECCIÓN, BUSCAMOS LA CONOCIMIENTO Y LA CONSCIENCIA

 

💛 Un hogar que cuida, desde lo invisible

Así como cuidamos lo que decimos delante de un niño, también podemos cuidar lo que respira, lo que toca y lo que entra en su cuerpito.
“Sin tóxicos desde la cuna” no es una moda. Es una forma de respeto profundo hacia la vida que se está formando.
Y sí, no siempre podemos hacerlo todo perfecto. Pero con que empecemos por algo, ya estamos cambiando el juego.

 

 

📚 Bibliografía seleccionada

Olea, N. (2023). Disrupción endocrina y salud infantil. Master en PsicoNeuroInmunoEndocrinología.

World Health Organization (2013). State of the science of endocrine disrupting chemicals.

Braun, J. M. (2017). Early-life environmental chemical exposures and child health outcomes. Pediatric Research, 82(3), 387–394.

Gore, A. C. et al. (2015). EDC-2: The Endocrine Society’s Second Scientific Statement on Endocrine-Disrupting Chemicals. Endocrine Reviews.

7. Lo que ahora te pasa a tí... también le pasa a él

Durante el embarazo, es fácil concentrarse en lo que vemos: la barriga que crece, los análisis, los movimientos.
Pero hay algo más profundo, más silencioso, más invisible: todo lo que hoy sientes, comes, respiras, vives… también está llegando a tu bebé.

Aunque aún no lo veas, aunque todavía no sepas qué le gustará o cómo será su carácter, su mundo ya se está escribiendo dentro del tuyo. Y ese guion invisible empieza por algo tan cotidiano como lo que comes cada día.

🍽️ “No le gusta el brócoli”… y quizás a ti tampoco

Hace poco, una madre me dijo:

“Mi hijo rechaza las verduras de hoja… y acabo de recordar que yo no pude probarlas en todo el embarazo.”

Eso no es casualidad.

Durante el embarazo, los sabores de los alimentos que comes llegan al líquido amniótico, y tu bebé los percibe. Es su primer contacto con el mundo sensorial.
Después, si das el pecho, esos mismos sabores siguen viajando en tu leche.
Y lo que para ti es “solo una comida”, para él es memoria, registro, familiaridad.

Por eso, un bebé al que no se le han presentado ciertos sabores en el embarazo o la lactancia, puede rechazarlos después con fuerza. No los reconoce. No son parte de su “mundo conocido”.

 

🦠 Y la microbiota también es herencia

La microbiota —ese ecosistema de bacterias buenas que habita en el intestino— también se transmite.
Durante el parto, el bebé pasa por el canal vaginal y recibe su primer baño bacteriano.
Después, la lactancia y el contacto piel a piel siguen alimentando ese sistema.
¿Y qué tiene que ver con lo que le gusta o no comer?

Muchísimo.

Porque la microbiota está muy relacionada con los sabores que buscamos, con el apetito, la saciedad, la digestión y hasta con la inflamación.
Si la madre o el padre tienen una microbiota alterada por estrés, antibióticos, alimentación ultra-procesada… ese patrón puede pasarse al bebé.

🧠 Epigenética: las marcas que dejan los hábitos

La genética es el plano. Pero la epigenética es el lápiz que decide qué se subraya y qué no.

Y ese lápiz responde a lo que vivimos: alimentación, descanso, nivel de estrés, entorno.
Sí: las elecciones que tomas hoy pueden activar o desactivar genes que luego influirán en la salud del bebé.

Por eso hablamos de responsabilidad.
No desde la culpa. Sino desde la potencia de saber que lo que hacemos importa. Y mucho.

🌱 Tus hábitos son sus raíces

¿Te has dado cuenta de que los niños no aprenden solo por lo que les decimos, sino por lo que ven que hacemos cada día?

Lo mismo pasa dentro del útero. Tu bebé está observando sin ojos, escuchando sin oídos, comiendo sin boca… aprendiendo sin saber.
Está recibiendo todo lo que eres hoy.

Y eso se nota, años después, cuando:

  • Rechaza sabores que nunca estuvieron en su historia prenatal.
  • Busca dulces todo el tiempo porque esa fue su base de construcción.
  • Tiene dificultades digestivas heredadas de una microbiota debilitada.

💛 ¿Qué podemos hacer?

Pequeños pasos, gran impacto:

✅ Variedad de sabores durante el embarazo y la lactancia
✅ Cuidar tu microbiota: más alimentos reales, menos ultraprocesados
✅ Revisar tus propios hábitos (sin juicio)
✅ Incluir sabores “difíciles” desde el principio: amargo, ácido, salado natural
✅ Dar ejemplo comiendo en familia
✅ Repetir, ofrecer, confiar: los gustos también se educan

 

 

Bibliografía breve 

  • Mennella, J.A. et al. (2001). Prenatal and postnatal flavor learning by human infants. Pediatrics. 
  • Rodríguez, J.M. et al. (2015). The composition of the gut microbiota throughout life, with an emphasis on early life. 
  • Microbial Ecology in Health & Disease. Goran, M.I. et al. (2012). The obesogenic effect of high fructose exposure during early development. Nature Reviews Endocrinology.

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