PEDIATRÍA. Dra. Raquel Ramos
Es un acompañamiento pediátrico domiciliario que se centra en los primeros 1.000 días de vida del bebé, desde la gestación hasta los dos años de edad. Esta etapa es crucial para el desarrollo físico, emocional y social del niño.
Las bases que se establecen durante estos primeros 1.000 días tienen un impacto significativo en su salud y bienestar futuros, incluso si ahora aún no lo percibes. Es en este periodo donde la conciencia y el esfuerzo en el cuidado pueden marcar una diferencia profunda y duradera.
En Proyecto Raíces, creo que el amor, la atención y la confianza se siembran desde el principio. Por eso, me dedico a ofrecer un acompañamiento reflexivo y profundo, adaptado a las necesidades de cada familia, para construir una base sólida y saludable para el futuro del bebé.
A DOMICILIO
DE LOS 0-12 MESES DE VIDA
Los primeros 1.000 días de vida —desde la concepción hasta los dos años de edad— son una ventana crítica y profundamente transformadora para el desarrollo del ser humano. En este breve pero poderoso periodo se sientan las bases de la salud física, emocional, metabólica e inmunológica que acompañarán a ese bebé el resto de su vida.
Una de las claves de este momento es el proceso conocido como programación metabólica, donde factores como la alimentación, el tipo de parto, la forma de lactancia, el vínculo, el entorno emocional o incluso el uso de medicamentos, están determinando —de forma silenciosa pero contundente— cómo funcionará su cuerpo en el futuro. Esto no solo incluye su sistema inmunitario o digestivo, sino también su propensión a desarrollar enfermedades crónicas, su capacidad de regular emociones o incluso su forma de responder al estrés.
Y en el centro de toda esta programación está un ecosistema diminuto, pero esencial: la microbiota.
La microbiota intestinal —ese conjunto de bacterias y microorganismos que habitan en nuestros intestinos— empieza a formarse en el nacimiento y evoluciona rápidamente en los primeros meses y años. A los 2-3 años de vida, esta microbiota alcanza una estructura más estable, muy parecida a la que tendrá en la edad adulta. Es decir: es en estos primeros 1.000 días cuando estamos diseñando, moldeando y escribiendo qué microbiota acompañará a ese niño en su vida adulta, con todo lo que ello implica.
Sabemos hoy que la microbiota participa activamente en funciones esenciales como la digestión, la modulación del sistema inmunológico, la producción de neurotransmisores, la inflamación, el metabolismo energético, el estado de ánimo, la relación con la comida y mucho más. Una microbiota desequilibrada en esta etapa puede predisponer a trastornos como alergias, autoinmunidad, enfermedades inflamatorias, alteraciones del eje intestino-cerebro, obesidad o incluso problemas emocionales y de comportamiento.
Por eso, acompañar con presencia, conciencia y conocimiento este periodo no es solo importante: es decisivo.
Es en este momento donde más podemos hacer por la salud futura de nuestros hijos. Cuando su cuerpo es más moldeable, su sistema más receptivo y su entorno más influyente. Y cuando los adultos —los padres, las madres— están también más abiertos, más disponibles emocionalmente y más implicados en escribir una historia diferente, más consciente y más coherente.
Este es un momento en el que todo está por escribir. Y tú, familia, eres la autora y el autor de esa historia. Yo solo intento estar cerca para aportar tinta clara, sólida y amorosa en ese primer trazo que es tan determinante.
Sí, lo sé. Tradicionalmente, los pediatras acompañamos hasta los 14 años, y yo también lo he hecho durante mucho tiempo. He vivido etapas preciosas en consulta acompañando la infancia más allá de los primeros años, y valoro profundamente todo lo que sucede en cada etapa del desarrollo.
De hecho, es posible que en determinados momentos, o en proyectos puntuales, decida acompañar también a familias con hijos mayores, cuando el contexto lo permite y siento que puedo aportar. No me cierro, porque me gusta fluir con lo que la vida me propone y con lo que yo misma voy sintiendo.
Pero quiero ser clara: este proyecto, con este formato y esta energía, está centrado en los primeros dos años de vida (aunque te diré más, en estos momentos el proyecto está definido sólo hasta los 12 meses). Es ahí donde concentro mi mirada, mi experiencia y mi entrega más presente. No porque las otras etapas no importen —porque claro que importan— sino porque creo profundamente que en estos primeros mil días es donde más puedo sembrar, acompañar y transformar. Me rindo a la vida, y fluyo con lo que me nace, sin aferrarme a formas rígidas.
Y mi momento vital es uno en el que bajo mis límites, mis valores, mi energía disponible y la forma en la que entiendo el acompañamiento —profundo, cercano y con sentido—, he decidido concentrar el 80% de mi entrega en ese 20% del tiempo en el que siento que más se puede sembrar.
Decido centrarme en este período porque es ahí donde mi presencia puede tener el mayor impacto. Es el terreno fértil por excelencia. Es el momento de mayor plasticidad, de mayor apertura, de más preguntas y también de más humildad. Un momento en el que las familias están sedientas de comprender, de mirar distinto, de tomar decisiones informadas y de escribir una historia de salud diferente.
Durante este período los bebés son puro presente y puro futuro. Sus cuerpos, sus sistemas, sus emociones y sus hábitos aún están por definirse. Con la información adecuada, con una mirada respetuosa e integradora, podemos acompañar decisiones que van a tener eco muchos años después. Y ahí es donde siento que tengo algo valioso que ofrecer.
Más allá de los dos años, por supuesto que sigue habiendo muchísimo valor en la prevención, en los buenos hábitos, en la conciencia. Pero también sé que mi capacidad de acompañar con la profundidad y coherencia que me exijo se vuelve más limitada. No porque no tenga conocimientos, sino porque no tengo tiempo, energía, ni el tipo de enfoque que muchas de esas etapas posteriores requieren para acompañaros de la forma que yo me pido acompañaros.
Mi decisión no está basada en lo que no quiero acompañar, sino en lo que sí quiero hacer de forma plena, presente y fértil. Este es el terreno en el que florezco como pediatra. Es donde me siento más útil, más auténtica, más alineada con lo que sé, con lo que soy y con lo que deseo aportar al mundo.
Esta es una de las preguntas que más recibo, y me parece muy bonita, porque habla de confianza.
Habla de vuestra entrega, de las ganas de seguir caminando juntas. Y eso, lo valoro muchísimo.
Pero también me invita a devolveros otra pregunta:
¿y después de este momento presente… qué?
Porque lo cierto es que este proyecto, tal como hoy está definido, acompaña con claridad hasta el primer año de vida.
A partir de ahí, tengo el deseo —y también el compromiso personal— de seguir explorando formas sostenibles, fieles a mi manera de trabajar, que me permitan continuar caminando junto a algunas familias hasta los dos años… pero aún no hay una estructura definida. A día de hoy, ese tramo no es algo que pueda garantizaros.
Y esto tiene que ver con muchas cosas: con los ritmos que requiere un acompañamiento profundo y real, con el tipo de energía que pongo en cada visita, con mis límites personales y profesionales… y con el respeto que me debo a mí para cuidar de todo eso.
Además, si estás entrando ahora en este proyecto, nos queda por delante un camino precioso por recorrer juntas durante el primer año. Y un año, cuando se vive desde la presencia y la consciencia, es muchísimo.
Así que confío en que la vida nos irá mostrando si tiene sentido seguir más allá… y cómo.
Y si llegado el momento no puedo seguir acompañándoos, me quedaré con la tranquilidad de haber sembrado en vosotras unas raíces fuertes, una mirada profunda, una forma de observar la infancia que os seguirá acompañando mucho más allá de mi presencia.
A veces siento que mi papel es justamente ese: plantar semillas. Y luego confiar en que sabréis hacer crecer vuestros propios brotes.
__________________________________________________________________________________
Quizás esta sensación os resulte familiar…
Tal vez os la habéis encontrado al buscar una escuela distinta, un espacio respetuoso, una forma de educar más conectada… y os habéis hecho preguntas del estilo:
"Sí, esta opción me encanta, pero solo cubre infantil… ¿y luego qué?"
Y entonces, seguramente, habéis tenido que rendiros un poco, aceptar la incertidumbre, decidir lo que más vibra ahora y confiar en que lo vivido ya será una base valiosa para lo que venga después.
Pues este proyecto funciona de una forma muy parecida. Hoy, el formato está pensado para acompañar hasta los 12 meses. En algunos casos concretos, puede extenderse hasta los dos años. Y después… la vida dirá.
Así que si estás aquí, sintiendo que esto resuena contigo, mi invitación es esta: confía en lo que vibra ahora. El resto… ya lo veremos.
Y si en algún momento llega ese punto en el que tenga que deciros: “hasta aquí mi tramo del camino”…sentiré que es un momento válido para soltaros la mano.
No porque ya no importe lo que viene después, sino porque confío profundamente en todo lo que os lleváis: una mirada sembrada, herramientas prácticas, dudas convertidas en preguntas potentes, abrazos sostenidos, decisiones acompañadas y una base emocional y argumental fuerte para seguir caminando. Una mochila llena de certezas propias, construidas desde la experiencia vivida.
Y entonces… sí, podréis buscar otras manos que estén disponibles para el nuevo tramo.
Pero ya no será lo mismo. Porque habréis atravesado la etapa de mayor vulnerabilidad de la infancia con consciencia, con escucha, con amor…
Y eso, ya es para siempre.
EMBARAZO
Qué significa: Ese último suspiro de embarazo en el que todo está a punto de suceder.
Cómo te acompaño: En casa, con calma y una manta suave, nos sentamos a charlar sobre tus dudas, tus ilusiones y las pequeñas decisiones que te ayudarán a sentirte segura tras el nacimiento.
¿Cuando? En la ultima etapa de tu embarazo
💬 “Me encanta oír tus miedos y expectativas; juntos encontraremos respuestas para que recibas a tu bebé con toda la confianza del mundo.”
0 - 5 MESES
Qué significa:
Ese primer aterrizaje en la vida. Una etapa de desvelo y descubrimiento, donde el hogar se convierte en el centro del universo y tú aprendes a ser madre o padre cada minuto.
Cómo te acompaño:
Vengo a tu hogar, me siento a tu lado y te muestro cuidados prácticos (lactancia, sueño, cólicos) y te ofrezco un abrazo emocional cuando sientas que lo necesitas. Escucho lo que te preocupa y también lo que ni siquiera sabías que necesitaba ser nombrado. Observamos a tu bebé, cuidamos su salud y tejemos un entorno seguro y respetuoso para crecer.
¿Cuándo?
Desde los primeros días tras el nacimiento hasta los 5 meses de vida
💬 “En estos meses me convierto en tu cómplice: ajustamos juntos las rutinas y creamos espacio para que ambos os sintáis en calma.
6-12 MESES
Qué significa:
Tu bebé ya no es tan bebé. Se sienta, explora, reclama, se frustra, ríe a carcajadas. Es la etapa del brote: todo empieza a abrirse, a expandirse… también vuestras dudas.
Cómo te acompaño:
Nos encontramos en casa, donde me dejas ver vuestra dinámica real. Te ayudo a entender sus nuevos ritmos, la alimentación complementaria, el movimiento, los límites, el descanso que cambia… Y también te sostengo a ti, mientras tú sigues creciendo como madre o padre.
¿Cuándo?
Entre los 6 y los 12 meses, cuando todo se transforma y la mirada atenta marca la diferencia.
💬 “Verlo descubrir el mundo a través de tus ojos es un regalo; yo estoy aquí para que ninguna duda te robe esos instantes.”
13-24 MESES
FASE AÚN NO DISPONIBLE PARA VISITAS
...
¿Cuándo iniciar el acompañamiento?
Aunque podríamos comenzar este camino en cualquier momento dentro de esos 1.000 primeros días, lo cierto es que, salvo situaciones muy puntuales, suelo recomendar iniciar el acompañamiento desde el nacimiento —o como mucho, antes de los 2-3 meses de vida—.
Esta recomendación no es por rigidez, sino por coherencia con el tipo de mirada que propongo.
Mi enfoque está pensado para desplegarse desde el principio, desde esa primera etapa en la que todo está por escribirse. Es cuando más sentido tiene aplicar una mirada preventiva, integrativa y respetuosa, que se va entretejiendo con los ritmos del bebé y de la familia, desde el inicio.
En estos momentos el proyecto está definido hasta los 12 meses
Diferentes modelos según la etapa en la que os acompaño, que os detallo a continuación uno a uno, fase a fase
Esta visita es una prolongación de los acompañamientos que váis teniendo con las matrones y resto de profesionales que os están acompañando en esta etapa.
Cuando todo empieza a latir…
• Primer contacto, sin prisas: Un encuentro tranquilo antes de que nazca el bebé, para empezar a construir la confianza.
• Escucha para decidir: Espacio para resolver dudas, hablar de opciones y tomar decisiones informadas desde la calma.
• Vínculo desde el inicio: Una forma de sembrar la relación con la pediatra que podría acompañaros en el comienzo.
Los primeros meses de vida, el calor del cuidado continuo
• Acompañamiento desde casa: Visitas domiciliarias que respetan el ritmo real del bebé y la familia.
• Cuidado integral y cercano: Desarrollo, lactancia, sueño, llanto, vínculo… todo está conectado, y todo importa.
• Presencia sin juicio: Estoy ahí para mirar, sostener y orientar sin prisa, sin protocolos cerrados y con mucho respeto.
El bebé empieza a desplegarse, y todo florece un poco más
• Observación del desarrollo: Valoramos hitos, movimiento, comunicación, relación con el entorno… siempre desde lo fisiológico.
• Inicio de la alimentación: Acompaño el paso a la alimentación complementaria con mirada convencional y evolutiva.
• Personalización real: Cada bebé y cada familia tienen su ritmo: acompaño para que el proceso sea respetado y flexible.
Es normal que al llegar al momento de hablar del coste surjan dudas. Por eso quiero explicarte con total transparencia el valor de este acompañamiento. Tal vez, al conocer todo lo que incluye, entiendas por qué es justo.
Radio de atención domiciliaria: hasta 30 minutos desde Cambrils, idealmente, incluyendo el tiempo de trayecto, aparcamiento y acceso al domicilio.
El coste de la visita es de 180€ cada uno de los encuentros o visitas domiciliarias a lo largo de toda la etapa de acompañamiento
INCLUYE:
NO INCLUYE:
-
En esta etapa la sugerencia es mínimo un encuentro
1 visita prenatal EN DOMICILIO: charla íntima y asesoría inicial.
_______________________
Un primer encuentro en casa, sin prisa y sin obligación. Es una visita opcional, pero muy recomendable si sentís la necesidad de resolver dudas antes del nacimiento, conocernos, y empezar a construir confianza.
Conversamos sobre lo que os preocupa o queréis saber: parto, postparto, primeros cuidados, decisiones que pueden impactar en la salud futura de vuestro bebé…
También me permite conocer vuestra historia, detectar posibles puntos a vigilar y acompañaros con una mirada pediátrica e integrativa desde el principio, para sembrar juntos el inicio del vínculo.
En esta etapa la sugerencia es un total de 7 VISITAS. Podéis realizarlas todas o las que vosotros consideréis.
Cada una de las visitas EN DOMICILIO que se realiza entre los 0 y 5 mesos (incluido)
_______________________
Se recomiendan:
En estos encuentros os acompaño en casa, sin prisas, respetando vuestro ritmo y realidad, para sostener con cercanía los primeros pasos de la crianza.
Acompaño desde lo concreto y lo profundo: los primeros vínculos, los cuidados diarios, las formas de alimentar de manera respetuosa, la construcción de hábitos y la identificación temprana de señales que merecen atención. También es un momento perfecto para recibir información valiosa sobre cómo las decisiones de hoy influyen directamente en la salud de mañana.
Porque aquí, en esta etapa tan vulnerable y llena de posibilidades, se siembran las raíces de la salud futura. Y tener esa mirada, esa comprensión, puede marcar la diferencia.
En esta etapa la sugerencia es un total de 7 VISITAS. Podéis realizarlas todas o las que vosotros consideréis.
Cada una de las visitas que se realiza EN DOMICILIO entre los 6 y 12 mesos (incluido)
_______________________
Se recomiendan:
En estas visitas se acompaña con cercanía el desarrollo del bebé y el inicio de la alimentación complementaria, integrando tanto el enfoque convencional como el evolutivo.
El objetivo es personalizar y respetar el ritmo madurativo de cada niño, adaptándonos a su momento y contexto, para así favorecer una base alimentaria lo más fisiológica, armónica y respetuosa posible con su sistema y su realidad familiar
También es un periodo clave para abordar las patologías infantiles más comunes, desde una mirada amplia y respetuosa, acompañándoos con todo lo que pueda aportar para una comprensión más integral y cercana.
Es importante recordar que estas no son visitas específicas para tratar patologías cuando el bebé está enfermo, pero sí un espacio para resolver dudas y aclarar cualquier pregunta sobre los procesos que puedan surgir, de manera que podamos abordarlos con más información y confianza cuando sucedan.
PENDIENTE DE DEFINIR FORMATO
NO DISPONIBLES POR EL MOMENTO ESTE TIPO DE VISITAS
POR EL MOMENTO, AÚN NO EXISTE UNA ESTRUCTURA MATERIAL COMPLETAMENTE DEFINIDA PARA LLEVAR A CABO ESTAS CONSULTAS
📍 Zona de atención domiciliaria:
Realizo visitas a domicilio dentro de un radio de aproximadamente 30 minutos desde Cambrils, que es mi lugar base.
Este tiempo contempla el trayecto, el aparcamiento y el acceso hasta vuestro hogar, buscando siempre un equilibrio entre la cercanía, la logística y la calidad del acompañamiento.
Si estás cerca pero no estás segura de si tu ubicación entra en este margen, escríbeme y lo valoramos juntas con cariño y honestidad.
¿POR QUÉ CADA ENCUENTRO TIENE UN VALOR DE 180€?
Esta es una pregunta muy válida y legítima. Y precisamente porque valoro vuestra confianza y vuestro esfuerzo, me gusta ser completamente transparente con lo que hay detrás de este número. Porque sí, es un número, pero representa mucho más que el tiempo concreto que paso en vuestra casa.
Cuando me desplazo a vuestro hogar, no solo evito que tengáis que organizar una salida complicada con un bebé (coches, horarios, mochilas, lluvia, cansancio, siestas...), también os regalo la posibilidad de vivir la consulta en un entorno seguro, cálido, sin prisas y libre de contagios. No en una sala fría y despersonalizada, sino en vuestro hogar, donde el bebé sigue su ritmo, su rutina y se siente protegido. Y eso tiene un valor incalculable en términos de bienestar y de salud emocional y física.
Para llegar a vuestro hogar dedico, de media, una hora de desplazamiento entre ida y vuelta. A veces más, dependiendo de vuestra ubicación. Eso incluye encontrar sitio, aparcar (o pagar un parking), caminar hasta vuestra casa... todo ese proceso que a menudo damos por hecho pero que forma parte real del trabajo.
Antes del encuentro, recibo información sobre vuestra historia, os envío cuestionarios, preparo cada caso con mimo y estudio para poder llegar con la mente clara y el corazón disponible. No improviso. Me gusta estar presente de verdad, y para eso necesito llegar preparada. Eso también es tiempo de trabajo, aunque no lo veáis.
Las sesiones duran entre 45 y 60 minutos, pero no son solo minutos. Son minutos de presencia plena, de escucha profunda, de atención individualizada, de mirada amplia. No solo hablo desde la medicina, sino desde la experiencia, la formación continua y una manera integrativa y coherente de ver la salud.
Cuando me marcho de vuestro hogar, la visita no termina ahí.
A menudo, dedico tiempo a revisar lo que hemos conversado, a reflexionar sobre vuestro caso, a registrar la información importante, a integrar lo vivido y, en muchos casos elaboración de pautas o documentos personalizados que preparo para enviaros, o preparación del siguiente encuentro para que pueda tener continuidad, coherencia y un hilo conductor.
Todo esto requiere tiempo y dedicación, que muchas veces ocurre fuera de los ojos del paciente, pero está.
En algunas visitas os haré llegar contenido adicional adaptado a vuestro momento y a lo que hemos hablado. A veces es material que ya tengo elaborado, y otras veces lo preparo expresamente para vosotros. Porque me gusta cuidar los detalles y ofrecer un acompañamiento de calidad.
Muchas veces, estas visitas son mucho más que una consulta médica. Son espacios de aprendizaje, de despertar, de comprensión profunda. Y eso también es parte del valor que ofrezco: conocimiento, mirada y acompañamiento consciente.
Por norma general, el valor de las visitas no incluye el acompañamiento entre sesiones. No está contemplado el intercambio de mensajes o resolución de dudas entre visita y visita, ya que eso supone más tiempo y energía que no siempre están disponibles.
Dicho esto, siempre estoy abierta a valorar opciones en función de las necesidades concretas: podemos hablarlo, explorar posibilidades y encontrar una forma equilibrada de acompañarnos entre sesiones si lo necesitáis.
Por todo esto y más, el valor de 180 euros por visita no solo me parece justo, sino que en muchos casos siento que se queda corto si pormenorizamos lo que implica. Pero hoy por hoy, es el valor que me permite seguir ofreciendo este tipo de atención con equilibrio, con amor y con la calidad que me exijo a mí misma.
Gracias por verlo, por entenderlo y por valorar también el trabajo invisible que hay detrás.
©Derechos de autor. Todos los derechos reservados.
Necesitamos su consentimiento para cargar las traducciones
Utilizamos un servicio de terceros para traducir el contenido del sitio web que puede recopilar datos sobre su actividad. Por favor revise los detalles en la política de privacidad y acepte el servicio para ver las traducciones.